Es increíble como los pequeños detalles nos ayudan en nuestro día a día. A motivarnos, a sentirnos mejor por un momento, a transportarnos a otras épocas, a de repente sentir un “flus” de felicidad por todo el cuerpo.
Me he dado cuenta de que en ocasiones, precisamente la magia de la papelería, es que despierta todos nuestros sentidos. Para las que seáis amantes de todo este mundillo como yo seguro que me entenderéis. El olor de un cuaderno antiguo, el tacto de las diferentes texturas, la combinación de colores de una tapa o de sus hojas amarillentas… son detalles que, aunque a veces no seamos conscientes, hacen que nos enamoremos de nuestras herramientas papeleras. ;)
Hoy, quería centrarme en las texturas, porque pensándolo bien, tienen mucho que ver con ese amor por la papelería, y así me pongo a recordar…