¿Qué tienes que me ilusionas? ¿Qué es eso que tanta energía me generas? ¿Cómo consigues hacerlo con esa fina sutileza?
Ay dulce papelería, que me ayudas a pensar, a ordenar y a darle color a mis ideas. Las das vida, las transformas con tus post-its y subrayadores, con tus marcadores en los libros con los que aprendo.
Tú, que me das el poder de revivir lo olvidado, de disfrutar con el tacto del papel envejecido y de esas texturas arrugadas por la acuarela.
También simbolizas el comienzo de algo, como cuando escribo la primera palabra en un cuaderno o estreno un archivador estupendo. O quizás, el fin de una etapa cuando rompo ese papel en mil pedazos.
Y es que bonita, me das esa visión de conjunto, cuando observo todo lo escrito a través de flechas, esquemas y bocetos. Consigues unir los “trocitos sin sentido».
Con tu “clic” de la grapadora que suena a trabajo terminado o las carpetitas “plasticosas” que me invitan a abrir nuevos proyectos. Y por supuesto las queridas agendas donde “vacío” mi cabecita repleta de tareas.
Tampoco me olvido de tus sellos y pegatinas brillantes con los que le doy color a las semanas y un cierto glamour exótico a mis días. Con esos bolis suaves, con los que me apetece escribir despacio y bonito. Y de repente, me centro solo en el ahora, saboreando mi momento, mi instante del día.
Gracias mi querida papelería. ♡
Imagen: Haute Stock
Ole!
:-D ¡Gracias por comentar Lucía!
Un besito
Plasmaste mis pensamientos a la perfección!!
Hola Andrea, :-D ¡Genial! Un abrazo,
Sutil, preciso, perfecto!!
Ooooh, mil gracias Maga :-D
Un beso,
Me encanta! Tal cual es la realidad de las yonkies de la papelería ??
¡Me alegra que te haya gustado! Otra «yonkie» por aquí! :-D
Un abrazo